Efectos colaterales. Aforismos de Mario Laganà
Es
más fácil afirmar muchas verdades que elaborar una buena mentira.
Loco
es el que tiene la gracia de decir la verdad en el momento equivocado.
Saber
que no se sabe ha sido el primer paso tímido, pero aún insuperado.
No se
sabe si es peor no saber cómo decir las cosas o no saber cómo decir nada.
El Juicio Final dividirá a los
hombres en dos grupos distintos: como siempre.
Judas se
está revalorando, incluso los políticos corruptos tienen derecho a un patrón.
Lo que se
podría decir ya se ha dicho, y también lo que no se debería decir.
En muchos lugares se pretende humanizar al hombre, como si no fuera ya
malditamente humano.
Es inexplicable que la palabra felicidad se traduzca tan insensatamente
en todas las lenguas.
Parece que los pequeños problemas sufren de crisis de identidad, hacen
de todo para volverse grandes.
Limitar los pecados capitales a siete es un índice de escasa confianza
en las potencialidades humanas.
Antes de entregarse al altruismo habría que comprobar que no sea nocivo
para sí mismo, y sobre todo que no lo sea para los demás.
La maldición de la Torre de Babel rompió la monotonía:
decir las mismas idioteces, pero al menos de una manera diferente.
La figura literaria del idiota siempre es masculina, pero
las feministas nunca se han quejado de ello.
La historia es una gran escuela, sin estudiantes.
De: Aforismi ed effetti
collaterali (Celid, 2013)
Mario
Laganà (El Cairo, 1952-Certaldo, 2010).
Fue profesor de educación musical en las escuelas intermedias de Certaldo.
Algunos de sus títulos de aforismo son: Tavole fuori testo, 366 aforismi e
riflessioni per un anno bisestile (2002), Trenta denari (2006) y
Aforismi ed effetti collaterali (Celid, 2013). En 2008, obtuvo el Primer
Lugar en el Concurso Internacional de Aforismo “Torino in Sintesi”.
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