Homenaje a Edward Hopper. Nicola Vacca
Non
pinto lo que veo, sino lo que siento.
Edward Hopper.
Hopperiana
Ausencia de vida en una habitación
Un frío feroz en la habitación
dos
soledades se ignoran.
En
medio de una mesa que no soporta
el
silencio de un hombre y una mujer
mudos
ambos
porque
no saben qué contarse.
Dos
extraños
que
escupen indiferencia en sus rostros
la
casa es una prisión
dos
cuerpos se apagan
por
un beso que nunca sucedió.
(Edward Hopper, Room in New York, 1932)
Todas las noches dentro de una noche
La
noche necesita ventanas para ser espiada.
Las
casas se sumergen en lo negro
que
día a día cae en la ciudad.
Adentro
las personas ocupan las habitaciones
como
fantasmas que renunciaron a la vida.
En
cada calle la oscuridad es ceguera.
A veces conoces en un bar a alguien
que bebe en compañía de su ausencia.
Hay
un terror en las persianas que se cierran
y
después un silencio que corta la última palabra.
(Edward Hopper, Night windows, 1928)
Todo el desierto que hay en la noche
El
humo de un cigarrillo
se
eleva hacia la noche que lo traga todo.
Es
difícil el sueño
en
los espacios que vivimos
como
inmensos desiertos.
Nos
hemos vuelto un pueblo de noctámbulos:
sentados
en un bar
(como
jaulas de cristal)
donde
sirven un pésimo café.
Entre
el mostrador y la mesa tropezamos con la imposibilidad
de
encontrar la salida.
(Edward
Hopper, Nighthawks, 1942)
Una
persona solitaria
Sostiene
la soledad
en
las páginas de un libro que no lee.
Sentado
en la ausencia
un
hombre piensa en la última vez
que
salió de casa persiguiendo un sueño.
Inclinado
sobre su sombra
no
recuerda los momentos
en
los que se deslizó de la noche al abismo.
En
la mente un verso de Mark Strand le recuerda
que
“en un mundo sin paraíso todo es despedida”.
Ahora
permanece todo el día
en
una habitación de hotel.
Es
una persona solitaria que ha perdido
desde
hace tiempo el camino a casa.
(Edward Hopper, Hotel Room, 1931)
En ninguna parte
Como
en una botica abandonada
un
vacío tensa el vicio
afuera
no hay nadie
frente
un desierto que no se detiene.
La
ausencia golpea la ventana
nadie
en el centro de la escena.
Un
reloj marca las siete de una mañana
donde
la única alternativa al miedo es la extinción.
(Edward Hopper, Seven A.M.,1948)
Fotografía
de Gaetano Del Mauro
Es autor de libros de poesía, ensayo,
aforismo y antologías críticas. Ha publicado, entre otros, Nel bene e nel male (Schena,
1994), Frutto della passione (Manni, 2000), La grazia di un
pensiero (Pellicani 2002), Serena musica segreta (Manni, 2003), Civiltà
delle anime (Book editore, 2004), Incursioni nell’apparenza
(Sergio Zavoli, Manni 2006), Ti ho dato tutte le stagioni (Manni 2007), Frecce
e pugnali (Edizioni Il Foglio, 2008), Esperienza degli affanni (Edizioni
il Foglio, 2009), Almeno un grammo di salvezza (Edizioni Il
Foglio, 2011), Mattanza dell’incanto (Manzoni, Marco Saya edizioni,
2013), Luce nera (Marco Saya edizioni, 2015, Premio Camaiore 2016), Vite
colme di versi (Galaad edizioni, 2016), Commedia Ubriaca (Marco
Saya, 2017), Lettere a Cioran (Galaad edizioni, 2017), Tutti i nomi
di un padre (L’ArgoLibro editore, 2019), Non dare la corda ai
giocattoli (Marco Saya edizioni, 2019), Un caffé in due (A&B
Editrice, 2022) y Libro delle Bestemmie (Marco Saya edizioni, 2023).
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